lunes, 21 de julio de 2014

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Siempre que escuche esta canción voy a ser la Adriana de diecisiete años que estaba segurísima de querer pasar el resto de su vida contigo. La que sabía que en pocos días regresarías a la ciudad y que  intentaría, de nuevo, quedarse a tu lado. Con diecisiete años y muy enamorada de la forma en la que llegabas tarde a los bailes y te parabas junto a la puerta cruzado de brazos o de tu manera de estar tan serio por horas hasta que te animabas a hacer un comentario sarcástico. Que podía pasar todo el día escuchando tu voz tan grave y dulce al mismo tiempo, siempre hablando de futbol. La Adriana que sabía todo lo que no sentías por ella, pero que no podía dejar de decirte todo lo que te quería. Siempre que escuche esa canción voy a tener diecisiete otra vez y me acordaré de lo mucho que te he querido y que eres el personaje principal de mi historia. Aunque ahora ya vivas bien lejos y muy feliz en tu casita de infonavit y ni te acuerdes de la Adriana de diecisiete años que a sus veintidós sigue escribiendo sobre ti.





jueves, 10 de julio de 2014

De la Morrison

Siempre que escucho a la Morrison me transporto al 2012, fue un buen año.
Me acuerdo de ti y de lo fácil que era sonreír cuando estábamos juntos, sin duda fueron buenos encuentros.
Siento como si estuvieras frente a mí tratando de ocultar nuestra charla con miradas, fueron buenas pláticas.
Y más nubes que cielo, más lluvia que charcos, más adioses que recibimientos. Nos fuimos apagando, fuimos buen incendio.
Escribo una hoja más en mi diario y se agrega a las hojas que hablan de ti, somos un buen recuerdo.
Siempre que escuche a la Morrison me transportaré al 2012 que fue un buen año.